Cada vez son más los viajeros que se interesan por conocer las leyendas con misterio. Son el fruto de la imaginación de las gentes autóctonas y, desde luego, las leyendas de la Costa Blanca no se quedan atrás. Si quieres vivir un turismo de misterio, te invitamos a conocer los destinos más enigmáticos de la Costa Blanca y las leyendas más representativas de cada uno de ellos. Porque la imaginación ha sido y sigue siendo una de las grandes motivaciones de los viajeros.
Costa Blanca, una tierra de leyenda
Queremos darte a conocer algunas de las leyendas populares más apreciadas por los lugareños en diferentes destinos de la costa de Alicante. Hacer turismo es mucho más que visitar playas, pueblos, montañas y ciudades. Deja volar tu imaginación y disfruta de lo auténtico de esta tierra a través de sus bonitas leyendas.
El tajo de Roldan y la isla de Benidorm
Roldán era un héroe de la época de Carlo Magno un tanto soberbio. Se enamoró de Angélica, una doncella de gran belleza. La fortuna no sonrió a Roldán, pues no logró el amor de la doncella. Angélica se enamoró de Medor, un moro, haciendo que Roldán montara en cólera.
Los amantes decidieron poner tierra de por medio y Roldán salió al monte a buscarlos, destrozando todos los árboles que encontraba a su paso. Se cuenta que los enamorados huyeron a Benidorm y, una vez allí, Roldán creyó verlos. ¿Sabes cuál fue su reacción? Cortó un trozo de monte y lo lanzó, con tan mala suerte que cayó en el mar y no sobre los amantes.
Este trozo de monte es lo que hoy se conoce como la Isla de Benidorm o Isla de los Periodistas.
Los suspiros de Zoraima
El misterioso pueblo de Guadalest está asociado con una de las leyendas autóctonas más preciosas. Zoraima era una mora de vivía con su padre en Algar. Esta leyenda nos cuenta las desventuras de Guzmán de Benidorm, el moro Ben-Yusuf y Zoraima, cuyo final es trágico y termina con los moros refugiados en Guadalest.
La bella Zoraima se refugia también entre suspiros en los brazos de Ben-Yusuf, pero su amor por él termina con la vida del moro. Se asegura que Zoraima sigue suspirando por las montañas de Aitana.
La cueva del Cid de Polop de la Marina
Polop de la Marina es conocido por una fantástica leyenda. En el santuario de Polop habitaba un santo con una preciosa hija, Zuleima. La joven se enamoró de Ben-Zail, pero Zuleima es considerada demasiado joven para casarse. En consecuencia, Ben-Zail promete regresar 4 años más tarde. El día de su regreso, el joven aparece aquejado de lepra y poco después muere.
Es entonces cuando el Cid se presenta en Palop y saquea el pueblo, encontrando a Zuleima en el santuario con una daga clavada en el pecho. El Cid, en honor a Zuleima, decidió dormir en una cueva en vez de utilizar el santuario. Es, precisamente, la que ahora se conoce como la cueva del Cid de Palop, destino que no te puedes perder si visitas este enclave.
Una leyenda que debes conocer
De entre todas las leyendas, la más representativa es la que nos narra los orígenes del nombre de Alicante. Te invitamos a descubrirla.
Aly, Cántara y la cara del Moro
Cuenta la leyenda que Aly y Cántara vivían en la tierra que hoy conocemos como Alicante. Cántara era hija de un califa y tenía una increíble belleza: ojos grandes, cabello negro, cara redonda, dientes blancos… De todas estas cualidades se enamoraron dos buenos jóvenes moros. El califa no sabía a quién debía elegir para su querida hija. ¿Quieres seguir con la historia?
Para resolver el dilema les encomendó una tarea: quien primero la finalizara, merecería la mano de su hija. Almanzor y Aly, los pretendientes de la bella musulmana, se pusieron manos a la obra. Almanzor se marchó a la India para conseguir las más finas especias, mientras que Aly decidió quedarse en Novelda para estar más cerca de su amada.
Con el tiempo, Aly pensó que la tarea no era tan importante y se dedicó a… ¡cantar! Le cantaba a Cántara las muchas virtudes que en ella veía, y lo hacía en verso. El astuto Aly consiguió que Cántara se enamorara perdidamente de él. Sin embargo, Almanzor apareció con un barco repleto de las mejores especias y el califa tuvo que cumplir su promesa: concedió a Almanzor la mano de su hija.
Como comprenderás, ahora empieza el drama. Aly, desesperado, se tiró al barranco. Cántara decidió seguir a su enamorado y se arrojó al mar desde lo que hoy conocemos como el ‘Salt de la Reina Mora’. Nada sabemos de Almanzor, pero sí que el califa murió de tristeza y, misteriosamente, su efigie quedó grabada en el Benacantil. Es lo que hoy se conoce como la Cara del Moro.
Al enterarse de la desgracia, la corte sarracena decidió dar a la ciudad el nombre de los amantes: Alicántara, evolucionando hasta denominarse Alicante.
¿Te gusta el misterio alicantino?